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El Ayuntamiento de Pamplona va a poner en marcha, dentro del Plan de Entornos Escolares Seguros, el primer corredor escolar seguro en torno a la calle Monjardín, una avenida de 1,073 km. de extensión que concentra en sus cercanías seis centros escolares: San Ignacio, Liceo Monjardín, Sagrado Corazón, las escuelas infantiles Ninia Etxea y Kids Garden, y el colegio técnico Carlos III. En total, una población de más de 5.100 alumnos y alumnas. El objetivo es intervenir físicamente en esta avenida y en sus calles adyacentes para impulsar recorridos más seguros a través de pasos de peatones elevados, aceras avanzadas o aceras elevadas continuas. La actuación se plantea sobre 18 cruces de calzada en dos fases: la primera, cuyo presupuesto se estima en 180.000 euros que correrán a cargo de las Inversiones Financieramente Sostenibles (IFS) de este año, priorizará la actuación sobre 11 pasos de cebra, mientras la segunda, cuyo impulso se asocia con los presupuestos de 2019, se centrará en los ocho restantes.
Este proyecto llega tras la experiencia piloto puesta en marcha este año en el barrio de Iturrama (180.000 euros de inversión) donde se analizaron 21 pasos peatonales y se actuó sobre 8 pasos de cebra situados en el entorno de las calles Pintor Maeztu, Pedro I e Iturrama, en las que se encuentran la Ikastola Amaiur y el Colegio Larraona. La valoración y los resultados positivos de esta experiencia en cuanto a calmado de tráfico en la zona y aumento de la seguridad de los peatones, constituyen la base de la decisión de impulsar definitivamente el Plan de Entornos Escolares Seguros con el proyecto de Monjardín.
La concejala delegada de Seguridad Ciudadana y Convivencia, Itziar Gómez, y el concejal delegado de Ecología Urbana y Movilidad, Joxe Abaurrea, han presentado esta mañana en rueda de prensa la iniciativa, acompañados por Jesús Estanga, inspector de la brigada de movilidad de Policía Municipal, y por Alexia Canto, responsable del servicio municipal de movilidad. Está previsto que las obras se liciten en las próximas semanas y su ejecución comience a principios de 2019.
La propuesta analiza un total de 18 pasos de peatones en el entorno de la calle Monte Monjardín, una zona en la que circulan diariamente alrededor de 25.000 vehículos, que contiene vías con hasta cuatro carriles con mediana, y donde se localizan hasta seis centros escolares. En los últimos seis años se han registrado en la zona 15 atropellos.
En esta zona se distinguen tres tipos de vías: las vías principales, que comunican, bordean y dan servicios (villavesas, autobuses y comercios); las vías que se usan fundamentalmente para la circulación interna de las manzanas; y las vías de bolsas de estacionamiento, calles sin salida o con muy poco tráfico. El informe que sustenta la propuesta municipal se decanta por actuaciones diferentes para cada tipología de vía, y buscan incidir en la velocidad, que es la que marca la gravedad de las lesiones y en la visibilidad. Además, si la zona se encuentra cerca de un centro escolar o similar, se le dará un plus de señalización, tanto horizontal como vertical, y de iluminación.
El plan de actuación se idea en dos fases. En la primera se plantea actuar en 11 pasos de cebra situados en las cercanías de los centros escolares para garantizar el calmado del tráfico, limitar las afecciones ambientales y ampliar el radio de visión. La segunda fase, centrada en los siete pasos que interconectan los ámbitos de seguridad de los centros escolares darán homogeneidad a todo el corredor y ampliarán su radio de acción.
Para las vías principales se proponen pasos de peatones elevados. Este sería el caso de ocho pasos de peatones situados en la calle Monjardín, en las proximidades de las rotondas y de los centros escolares. La rampa de subida y bajada será lo suficientemente pronunciada para que sea necesario reducir la velocidad para pasar de manera cómoda (forma trapezoidal). La plataforma rampa se realizarán con asfalto preimpreso que incluya el color rojo. Además, en los tres pasos de peatones más próximos a los colegios, se reforzará con señal horizontal de color blanco y señal vertical.
En las vías de circulación interna dentro del barrio la opción propuesta son las aceras avanzadas, es decir, ampliar la superficie de la acera en los pasos de peatones, estrechando el espacio para el tránsito de los coches hasta una anchura de aproximadamente 3 metros por carril, haciendo así que el paso de peatones sea más corto. Estas aceras adelantadas podrán combinarse con pasos de peatones elevados en caso de que la acera esté lo suficientemente elevada como para permitir hacer una rampa que sea un obstáculo.
Esta modalidad se aplicará en 8 pasos de peatones. En estos casos, si hay plazas de estacionamiento inmediatas al paso de peatones, se prolongará la acera retirando espacio de estacionamiento para mejorar la visibilidad. En ese espacio se propone la colocación de mobiliario urbano (bancos, árboles, aparca bicis, etc.) de manera que el peatón se vea obligado a cruzar correctamente por el paso de peatones.
En el tercer tipo de vías, los pasos de peatones en bolsas de estacionamiento, calles sin salida, aparcamientos o vías con muy poco tráfico, se propone intervenir con aceras elevadas continuas. Es decir, la línea a seguir será una prolongación de la acera, que discurra de manera que evite rodeos innecesarios. El acabado dejará marcado el espacio por donde pasan los vehículos, reduciendo la anchura del rebaje. Este es el caso de dos de los pasos de peatones, ambos en la calle Aoiz.
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